Película Billy Elliot
Billy Elliot es una película sobre la necesidad de ser como se quiere ser, la autoestima, afrontar dificultades y superarlas, narra un proceso de autoafirmación personal y de hacer frente a las resistencias sociales.
Sin embargo, todo esto se obtiene con el entorno adecuado, uno hostil, la huelga minera que trascurre entre 1984 a 1985 en el norte de Inglaterra, una sociedad machista, y también personas que son capaces de ayudar al cambio, una profesora, Mrs. Wilkinson, profesora de danza, frustrada profesionalmente pero con las ideas muy claras para ayudar a Billy Elliot en su camino profesional, para el que debe escapar de convenciones sociales machistas. A Mrs. Wilkinson, no le importa lo más mínimo lo que se supone que es ser masculino o femenino, sino que apoya las ganas y la búsqueda de la autenticidad de Billy, al que ayuda a descubrir su camino.
La película es un alegato contra una sociedad “masculina”, cómo se enseña a «ser hombre» cuestiona las figuras de los hombres que solamente creen en el concepto de lucha. En la película, el boxeo es un ingrediente importante y un símbolo, que se contrapone a la danza. La huelga minera que es trasfondo de todo el relato y un personaje más es un motivo para justificar la violencia y las actitudes de poder masculino.
En Billy Elliot se presenta y denuncia el rechazo social que sufren quienes no entran en las normas sociales de una sociedad preestablecida como machista, con roles definidos entre mujeres y hombres.
El apoyo de la profesora de danza, ayuda a cuestionar en el protagonista y sobre todo en su familia, la actitud social hacia la orientación sexual cuando alguien no cumple con los roles masculino o femenino, asignados culturalmente durante generaciones. Se presenta la realidad extendida socialmente de las actividades diferenciadas como femeninas y masculinas, y si un chico realiza estas funciones es considerado como femenino u homosexual.
La película pone en cuestión todo el sistema educativo, sobre cómo se enseña a «ser hombre» o “mujer”, se asigna el género y las funciones a cada sexo, y se asocian a comportamientos, actitudes y valores según se sea hombre o mujer, en una diferencia abismal que dibuja con claridad la división social entre lo masculino y lo femenino.
En este ambiente, en el contexto real de la huelga minera, se cuenta la enternecedora historia de un niño que habrá de luchar contra los estereotipos y los prejuicios de un pueblo de mente cerrada, bajo el símbolo de unas zapatillas de ballet que le pone en contra de todos sus vecinos, y a veces de sí mismo, por no querer ser boxeador, sino dedicarse al baile.
No podía ser más duro el ambiente para un niño que, en vez de boxear, quiere bailar. La historia está contada con sensibilidad, estilo musical, con momentos memorables como la rabieta bailada de Billy Elliot por las calles hasta que se topa con un muro.
Billy Elliot remite al triunfo de la perseverancia y la dedicación de una manera verosímil, con personajes humanos, no arquetípicos. Su familia está presentada con sobriedad, en el ambiente de hostilidad y dureza laboral y social en el que se desarrolla la trama.
El joven Billy, con perseverancia vence la presión social de su entorno a la hora de realizarse, lo mismo que hará su amigo Michael, homosexual, y la familia de Billy, que de la dureza machista pasan al afecto familiar, a la comprensión y al cambio de actitud. En todo este cambio, tiene mucho que ver la profesora de danza, Georgia Wilkinson.
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